François Lurton: “Chile sabe hacer vinos de alta gama, pero no los sabe vender”
Dice que afuera no confían en este producto, porque los propios chilenos no lo toman. Cambiar eso tomará 20 años.
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Miembro de la familia que controla la mayor cantidad de hectáreas dedicadas a la producción de vino en Burdeos, Francia, François Lurton, está conectado con Chile desde 1992, cuando su empresa de consultoría asesoró el profundo cambio que la Viña San Pedro le aplicó al vino Gato.
A partir del conocimiento que ganó con esa experiencia, el año 2000, cuando ya estaba dedicado a la producción de vinos, Lurton optó por el camino propio y compró un terruño en Lolol, en la Región de O’Higgins, cerca de Santa Cruz, el que se sumó una unidad productiva cerca de Teno, con la cuales -a través de Hacienda Araucano- produce cerca de 1,2 millones de botellas.
Lurton, en forma individual, maneja unas 700 hectáreas distribuidas fundamentalmente en Argentina, España, Francia y Chile.
Enfocado en los vinos de alta calidad, dice que el mayor escollo que la industria nacional tiene para vender mejor este producto a nivel internacional, es que acá ese segmento de vinos no se consume.
“Los chilenos no están orgullosos de sus vinos. En Francia, por ejemplo, los franceses toman un vino local de calidad y caro. Acá hay pocos interesados en pagar por vinos de mayor precio”, dice.
Eso provoca que no haya mercado interno y que, además, no se mejore la imagen del país. “Los argentinos, que se han desarrollado un poco después de Chile en vinos, toman muchísimo sus vinos y les gustan los de alta calidad. De a poco han ido creando la fama de sus vinos afuera, en Estados Unidos y Canadá. Hoy vender un Malbec de alta gama es mucho más fácil por esto”, dice.
“La industria sabe hacer los vinos de alta gama, pero no es capaz de venderlos. El hecho de que no se consuman acá genera desconfianza afuera. En el fondo, piensan ‘si ustedes no lo toman, por qué nosotros deberíamos’”, resume.
De todos modos, Lurton reconoce que en los últimos veinte años la mentalidad ha ido cambiando y han aparecido bodegas más pequeñas con propuestas interesantes, pero eso no es suficiente porque la imagen del país sigue dominada por los grandes productores.
“La única manera de poner sobre la mesa la fuerza de Chile, es que acá se interesen por sus vinos, pero eso va a tomar 20 años”, asegura.
Bodega boutique
En 35 hectáreas Hacienda Araucano elabora vino biodinámico, que no considera químicos y utiliza un proceso relacionado con el calendario lunar para evitar riesgos de enfermedad de las plantas, lo que -explica- le da mayor calidad al vino e influye en su expresión aromática.
La bodega comercializa cerca del 25% de su producción a nivel local y exporta el resto. Ahora, además, está desarrollando un proyecto turístico, para lo cual amplió la casona de huéspedes de la viña, aprovechando los beneficios de la ruta del vino de Santa Cruz.